El tartán escocés, la tela de cuadros de espíritu aristocrático y rebelde que siempre vuelve

El tartán escocés, la tela de cuadros de espíritu aristocrático y rebelde que siempre vuelve

Este estampado ligado tanto a los Windsor como a los movimientos punk y grunge regresa con fuerza esta temporada y corona las colecciones del diseño independiente de nuestro país

“En una sociedad tan visual como la nuestra, la moda es un lenguaje especialmente relevante. Con la ropa nos integramos y nos diferenciamos. Vestirse está ligado a ritos, sensibilidades, roles y aspiraciones”, expone Marta D. Riezu en su nuevo ensayo La moda justa. Buena muestra de ello es el tartán, todo un documento histórico que, además de ser el símbolo de los distintos apellidos de Escocia, ha sido también el estampado preferido de culturas suburbanas como el punk y el grunge, y su versatilidad le ha permitido subirse a la pasarela casi cada temporada.

Este invierno las casas de alta costura, tanto inglesas como francesas, han vuelto a apostar firmemente por él y los nuevos talentos de la moda nacional e independiente lo han trasladado incluso a los complementos más en auge, como los hatillos, las gorras o los pasamontañas.

Versace

“El tartán es uno de los estampados más iconoclastas que existen, y todo ello se debe a su historia. Durante siglos vistió a las familias más adineradas de Escocia y, por ello, cuando fue prohibido en 1746 por los conquistadores británicos tras varias revueltas jacobinas en las Highlands, se convirtió en estandarte de libertad. De ahí que en los ochenta Vivianne Westwood y The Sex Pistols lo convirtieran en todo un símbolo del punk para luego, en versión desaliñada, ser también el estampado del movimiento grunge”, expone Maximilian Dunn, profesor de antropología cultural en la prestigiosa escuela de moda Central Saint Martins de Londres.

De China a las Highlands

No hay que confundirse, el tartán no es cualquier estampado de cuadros. Se trata de una tela que se construye con rayas verticales y horizontales en diferentes tonos para formar un patrón de cuadros, repetido sobre un fondo de color. El patrón de rayas entretejidas se conoce como sett. Su origen se remonta al 1.500 a.C., fecha en la que se datan las Momias de Ürümchi, halladas en la región china de Xinjiang tapadas con mantones de lana en tartán de varios colores. Sin embargo, la popularidad de este estampado se debe al uso que en el siglo XVII hicieron los escoceses a modo de identificación heráldica. “El tartán representaba un signo exterior de pertenencia intransferible, como una bandera colgada al cuerpo, como un escudo familiar de colores que designaba al mismo nombre ancestral”, expone Anna Armentano, diseñadora textil y docente en la Escuela de Artes y Técnicas de la Moda (EATM) de Barcelona.

Al principio, este trozo de tela se ataba a los gorros que llevaban los escoceses, pero poco después empezó a usarse en los kilts, sus faldas típicas. Los habitantes de las tierras más al norte, los Highlanders, empleaban elementos naturales para teñir la lana, como musgo y bayas, mientras que las familias que vivían más al sur y disponían de mayores recursos económicos, los Lowlanders, adquirían tintes importados para lograr una mayor gama cromática.

Edimburgo, Escocia. Un gaitero con el traje militar tradicional, sombrero de piel de oso, chaleco de tartán a cuadros y falda escocesa, vestido de las Highlands, llevando la gaita bajo el brazo. (Fuente: visitbritainimages.com).

Durante la colonización de Norte América, a partir del siglo XVII, la emigración de muchas familias escocesas permitió que su cultura y tradición textil se extendiese por nuevos territorios, como Nova Scotia o British Columbia en Canadá, y durante el siglo XVIII a Estados Unidos. Los escoceses no sólo emigraron al nuevo mundo de forma masiva sino también a Francia, Polonia y los países nórdicos.

Mujer envuelta en una manta de tartán mirando las lejanas montañas de la península de Applecross, Lochaber, West Highlands. (Fuente: visitbritainimages.com)

“En Escocia el kilt lo llevamos más los hombres que las mujeres. Tiene un componente emocional, nostálgico, patriótico. Para mi familia, los MacGregor, tiene mucha importancia ya que descendemos de Rob Roy MacGregor, el Robin Hood escocés”, explica el Doctor Steven MacGregor, conferenciante sobre liderazgo corporativo en las principales universidades del mundo, como Stanford, IMD en Lausana o IESE en nuestro país, y autor de varios best-sellers, entre ellos The Daily Reset.

El estampado más royal

Tras la derogación de la Ley de Vestimenta en 1782, que había prohibido el uso del tartán con penas de prisión y exilio, este estampado empezó a ser popular cuando la reina Victoria y su marido Alberto adquirieron el castillo de Balmoral, en las Highlands, y lo decoraron con numerosos accesorios en tartán a imitación de los grandes barones escoceses. Desde entonces el código de colores del tartán Balmoral solo puede ser utilizado por miembros de la familia real británica, mientras que el Royal Stewart es el oficial de la Casa Real de Escocia. El rey Jorge V autorizó el uso de este tartán real a las gaitas del Regimiento de la Guardia Escocesa.

Eñaut Berruetabeña

Hoy incluso el parlamento escocés tiene su propio tartán y los hay corporativos, de caza y de luto. Con la creciente demanda de personalización en la moda, muchas fábricas de tartán ofrecen la posibilidad de que diseñes el tuyo, e incluso lo puedes registrar de forma oficial.

Colección de invierno de la marca IKKS

Durante la Primera Guerra Mundial, Burberry imprime su particular tartán beige, negro, rojo y blanco en el interior de los trench que llevaban los altos rangos del ejército británico. Hollywood y el film noir harían que a partir de entonces tanto la gabardina como el tartán conquistaran la gran pantalla. De Audrey Hepburn a Marilyn Monroe, este estampado de cuadros va invadiendo colecciones de alta costura y, de allí, al pret-à-porter.

Del punk al grunge: pura rebeldía

Su legado histórico de emblema libertario fue lo que hizo que el movimiento punk adoptase el tartán como escudo de su filosofía antisistema, como pudo verse en la gala de la MET de Nueva York Punk: Chaos to Couture, en mayo de 2013 y en la exposición consiguiente durante toda esa primavera. “Desde sus orígenes, el punk ha tenido una influencia incendiaria en la moda. Aunque su democracia se opone a la autocracia de la moda, los diseñadores siguen apropiándose de un vocabulario estético propio del punk para capturar la rebeldía juvenil y su contundente agresividad”, comentaba Andrew Bolton, comisario del Costume Institute y organizador de la MET gala junto a Anna Wintour. De ahí que el tartán fuese también uno de los estampados escogidos por las grandes bandas del grunge en los noventa, con Nirvana y Pearl Jam a la cabeza. A la vez, en la alta costura, Alexander McQueen, escocés de nacimiento, vestía un tartán en varios eventos en la capital británica y apostaba por él en colecciones donde el traje se erigía como una firme apuesta para la mujer.

“El cuadro escocés derivado de los tejidos tartán se extiende así a todos los ámbitos de la moda. Este motivo ha ido incorporándose a tejidos de diferentes sectores y tecnologías, convirtiéndose en un diseño clásico y versátil que se adapta a todas las temporadas y sectores de la moda. Ahora son muchas las firmas, incluso las más legendarias, que lo producen teniendo en cuenta el ciclo de vida de los materiales y su reutilización, es decir, apostando por la economía circular”, añade Armentano.

Vivienne Westwood 2022
Dior

Esta doble vertiente del tartán, que incluye pasarela y el prêt-à-porter, podemos verla este invierno en la colección de Dior, maison que lo presenta ahora en tonos grises y blancos en cazadoras, minifaldas y gorras. Ralph Lauren, por su parte, lo propone con efecto lamé y Chanel lo hace con profusión de rojo intenso. Entre las firmas más propias del street-style es una firme apuesta de IKKS y The Kooples, tanto con la camisa leñador tan popular en los noventa en cuadros de dos o tres colores como en trajes en su versión entallada y con chaqueta de doble botonadura o en clave unisex.

La veste

Talento nacional

En plena fusión de las estéticas de las últimas décadas del siglo XX, esta temporada los cuadros escoceses son una de las apuestas más firmes para prendas que trascienden los looks pasajeros, algo de lo que han tomado nota los diseñadores independientes de nuestro país.

Así lo demuestra Eñaut Barruetabeña, guipuzcoano afincado en Barcelona y ganador del premio al diseño emergente de la 080 Barcelona Fashion en 2019, en su colección para estos meses de frío, con abrigos en su tradicional paleta cromática de grises, verdes y negros. Desde Asturias, Cyrana apuesta firmemente por esta misma línea con trajes de patronaje exquisito marcando la silueta femenina. Entre las prendas de abrigo destacan las de la donostiarra Laura Bernal, con creaciones producidas íntegramente en Murcia que navegan por un amplio abanico de patrones y tejidos en cuadros tartán, de modo que consigue convertirlas en opciones certeras para el fondo de armario, especialmente americanas y chaquetas en ocres, berenjena y distintos tonos tierra.

Colección ‘Rebel’ de Luis Pacheco

“Los cuadros no pueden faltar en nuestras colecciones invernales. Este invierno el tartán lo hemos combinado con otra de las tendencias de la temporada, los rombos. Combinándolos con los mismos tonos clásicos, en rojo y negro, damos un aire nuevo a estos clásicos estampados. También nos gusta pensar que nuestras prendas en tartán son ideales para combinar con un total look en denim o con un pantalón de traje negro para ir a la oficina”, explican desde la histórica firma barcelonesa Escorpion.

Haciendo eco de las propuestas más emblemáticas de Westwood en la década de los setenta, el malagueño Luis Pacheco ha lanzado Rebel, con faldas y vestidos en estampado tartán Steward Hunting, uno de los más universales, adornándolos con otros elementos representativos del kilt original, como los alfileres para sujetar la tela como si fuese un broche, y con detalles inspirados en el sporran, el tradicional monedero que se lleva sobre el kilt.

Bolso Paula Red de Laia Alen

El talento nacional para confeccionar prendas en estampado Highlands, como también se le conoce, ha conquistado incluso a periodistas y estilistas de origen escocés, como Pamela McKillop: “Adoro el tartán y me hace sentirme muy orgullosa de mi tierra. Acabo de comprarme un abrigo de Purificación García en este estampado”, explica. García, Premio Nacional de Moda en 2017, ha apostado siempre por esta fusión de líneas en prendas impecables con tejidos exclusivos de alta calidad y terminadas a mano por costureras de oficio.

El rey de los complementos

El tartán también ha invadido el panorama de los accesorios, en este caso rindiendo homenaje al estilo college o preppy. Buena muestra de ello son las capuchas y capas de la firma La Veste, a cargo de la influencer y empresaria Blanca Miró y la diseñadora María de la Orden.

Laia Alen, cuyos bolsos han conquistado a it-girls y aristócratas como Sofía Palazuelo e Inés de Cominges, también ha apostado por este estampado en hatillos ideales para estas fiestas, con lentejuelas: “El arte de mezclar es lo que hace la moda divertida. Flores y cuadros, rayas verticales y horizontales. Eso sí, hay que intentar buscar un color o tono común.
En este sentido los accesorios estampados o de colores vibrantes pueden ayudarte a crear un look único”, explica la joven diseñadora.

Estas Navidades puedes ponerte al día con la serie Outlander antes de que en marzo se estrene su sexta temporada. O ver todo un clásico del cine, Rob Roy, con Liam Neeson y Jessica Lange. Escocia, tartanes y mucha nostalgia. Y es que este estampado siempre nos fascina con su seductora elegancia.

 

by Anna Tomàs 

Foto cover:  Luis Pacheco
Créditos: Magazine La Vanguardia

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