Glamur en tu mirada

Glamur en tu mirada

“Vale, tengo un cuarto de millón de gafas, pero no tengo ni iPod ni móvil. Dejadme vivir, anda”, explicaba Elton John a la prensa en su gira por España en 2017. Ahora sí tiene un smartphone, al tiempo que sigue con sus excéntricas colecciones de coches de altísima gama y su devoción por los colores del Watford Football Club, del que fue propietario y actualmente es presidente honorario vitalicio. En una entrevista a la BBC antes de que empezase el concierto virtual One World Together para recaudar fondos ante la pandemia del covid-19, Elton John confesó que ya había superado los 250.000 pares en su colección de gafas.

Más de un cuarto de millón de piezas entre las que, según confiesa, se hallan algunas compradas en gasolineras y parafarmacias, pero también, según afirman revistas como Rolling Stone y The New Yorker, hay auténticas filigranas elaboradas con piedras preciosas de calibre extraordinario y que han requerido más de 300 pasos de técnicos de las más prestigiosas escuelas de óptica. Todo para encajar unas lentes de primerísima calidad a nivel óptico en una montura que rebasa los 200.000 euros.

Precisamente, gran parte de sus anteojos eran para corregir su miopía, de la que se operó a inicios de 2002, pero aún así no ha dejado de lado su objeto fetiche y ahora las usa no solo para protegerse de los rayos del sol, sino por estética, más allá de para corregir su vista cansada y para leer partituras antiguas en pequeño formato.

“A principios de siglo, el lujo era operarse de miopía, vía lentes intraoculares o con láser. Los precios eran muy altos. Lo curioso es que, al coincidir con el declive de las imposiciones en vestimenta, como poder ir a trabajar combinando un traje con unas sneakers blancas, aunque sean de Armani y de Yohji Yamamoto o, en el caso de la mujer, con vaqueros y una camisa, eso sí, de seda y alta costura, la gente empezó a relajarse en cuanto a su imagen y buscó la diferenciación en los accesorios. Incluso personas que se habían operado sin sufrir de ninguna complicación posterior, empezaron a usar lentes de ver para dotar a su apariencia de rebosante personalidad e indiscreció”, expone Guillaume Erné, autor de varios libros sobre sociología de las tendencias.

El lujo nunca ha abandonado el sector de las gafas de sol desde que en los años veinte se pusieran de moda gracias a las actrices de Hollywood, pero ahora se ha visto igualado en ventas con las graduadas. Es más, durante el confinamiento por el covid-19 muchos empezaron a hacer alarde de sus modelos únicos, que superan los 5.000 euros, en vídeo llamadas y en apps como Jipsi Meet. “El caso es que el teletrabajo es una realidad, y cada vez somos seres más tecnológicos. La comunicación por pantalla puede que vaya a descender un pequeño porcentaje, pero no mucho. Este cambio ha llegado para quedarse”, reflexiona el docente y experto en márquetin Gabriel Palacios.

“Antes la gente venía y se atrevía con gafas de sol con un diseño sumamente vanguardista, ahora incluso compra gafas y nos pide que las adaptemos a su graduación porque quiere más de un par de anteojos de ver, incluso compra online monturas cuando no sufre de ninguna pérdida ni deformación en la visión”, explica Marcel De Decker, óptico-optometrista de la Universidad de Gante que ha trabajado para marcas como KOMONO y el mismísimo Dries Van Noten, y que acaba de abrir su boutique en Amberes.

De Decker colabora con licenciados en moda y accesorios en la Fashion Design por la Academia de Bellas Artes de Amberes, una de las tres mejores escuelas de diseño de moda en todo el mundo. Ideas, aproximación a nuevos materiales y especialmente sketches. Las monturas son obras de arte. “Son sinónimos, especialmente cuando nos adentramos en el terreno del lujo. Tanto es así que antes la gente escogía modelos de gafas por el color de la lente. Ahora que la tecnología lo permite, lo importante es la montura”, expone Max Miller, profesor en Royal Academy of Arts en Londres.

Es precisamente por ello que en la flagship store de Etnia, nacida en 2001, han buscado trabajar con artistas “que nos han ayudado a retransmitir el espíritu rebelde, libre e inconformista de la marca en colecciones limitadas”, exponen David Pellicer CEO y fundador de la marca, y Edu Pitarch, director creativo. Así, por ejemplo, la International Klein Blue Collection surgió del encuentro en 2014 entre los diseñadores de Etnia Barcelona y los representantes de los archivos de Yves Klein en nombre del heredero de este famoso pintor. Esta colaboración, compuesta por 6 modelos de sol y 12 de vista, está agotada, pero también hay solicitantes particulares en grandes casas de subastas a nivel nacional, dado que era la primera vez que los Archivos de Yves Klein autorizaban a una marca a usar el color único patentado por el propio pintor. Así, el color azul de Klein tomó forma en un producto de moda exclusivo.

optica toscana

Precisamente porque las modas pasan y el estilo permanece, los fundadores y propietarios de Óptica Toscana, con tiendas en Madrid, Barcelona y Mallorca, se lanzaron al mercado con un target muy arriesgado: la comunidad coleccionista. Con más de 25 años de experiencia a sus espaldas, Mamen Domínguez y Antoni López lideran tiendas con marcas que no se conocen por su publicidad, sino por el boca a boca, especialmente en el sector de los actores y celebrities. Su secreto: ir a ferias internacionales, tener una extensísima cultura visual y saber poner una gafa; un producto especial, que te hace ser diferente pero, a la vez, que te encaja, que te hace sentir bien. “Nunca pensamos en vender para una mayoría. De la misma forma, asesoramos, porque unas gafas hay que verlas puestas. Que tu cara sea redonda no significa que no puedas llevar unas lentes redondas, o aunque tu cara sea de pómulos delgados y marcados, no has de descartar cualquier modelo mariposa”, explica Mamen.

Precisamente Óptica Toscana, con una clientela fiel y que no tiene una franja de edad ni de género definida, atiende peticiones particulares para hacer piezas únicas en materiales suntuosos. ¿Cómo? Por sus contactos exclusivos con diseñadores muy reconocidos en el sector.

Así como otros sectores pueden hallarse estancados, no es el caso de las lentes y menos en cuestión de lujo. ”Antes los clientes compraban sus gafas con lentes graduadas y las utilizaban para todo. Ahora, con la especialización y el trato personalizado, el cliente escoge no solo un modelo para ver, sino que también quiere las últimas novedades para ir a un evento especial, para hacer submarinismo o practicar la navegación a vela o el submarinismo. El lujo también está en el deporte. No es que haya una disminución en cirugía, pero si un incremento del uso de gafas, por mayor demanda y porque la moda y la ostentación son cruciales para el usuario final”, explica Alex Cottet, socio y vicepresidente de Cottet Óptica y Audiología, que cuenta con modelos de firmas selectas como Dita, Moncler y en exclusiva la nueva colección de Lunettier 1840.

Los clásicos serán siempre modernos. Es por ello que si hablamos de Cartier, también en venta en Cottet, hablamos lógicamente de lujo. La marca francesa se caracteriza por la calidad y el glamour de todos sus productos, y las lentes no podían ser una excepción. Sus monturas están realizadas en oro blanco, amarillo o rosa, y decoradas con diamantes, zafiros, rubíes y otras piedras preciosas en diseños rotundamente hermosos. Las gafas de sol Panthère de Cartier, de 132.000 euros, ahora se adaptan a toda condición oftalmológica con cristales que se oscurecen con la luz. Una obra de arte cuya montura está hecha de oro blanco de 18 quilates y que cuenta con 645 zafiros y 561 diamantes.

El emperador romano Nerón utilizaba esmeraldas para proteger sus ojos del sol, especialmente para disfrutar contemplando las luchas de gladiadores en el Coliseo Romano. Las lentes Shiels Jewellers Emerald, de la firma australiana Albert and Nyra Bensimon, están inspiradas en esta anécdota, y cuentan con una montura de oro puro con diamantes. Fueron precisos cinco años de trabajo para conseguir, formar y tallar las esmeraldas que hoy pueden adquirirse con lentes para vista cansada o miopía por aproximadamente 180.000 euros.

Chopard es la firma con las gafas de sol más caras del mundo. Están hechas con 60 gramos de oro de 24 quilates y decoradas con 51 diamantes. Las varillas de las gafas son de oro punteado. Su precio de 339.000 euros no incluye el cambio de los cristales de sol por unas lentes graduadas, una demanda en auge durante los últimos meses, porque el lujo ya no es ostentación, sino, como nunca antes, un identificativo del glamur de nuestra imagen personal.

by Anna Tomàs

Créditos: Publicado en Magazine de La Vanguardia
Fotos cedidas por Óptica Toscana y la firma Anne et Valentin

Share