Emoticonos: el nuevo lenguaje del siglo XXI

Emoticonos: el nuevo lenguaje del siglo XXI

En mensajes, emails, textos e incluso exámenes. La dificultad de expresar nuestro estado anímico a través de la palabra dio lugar hace ya más de 30 años a la aparición de la legendaria smiley. Diversidad y dinamismo son sus constantes y valor comunicativo su definición. Con diferencias culturales según su origen pero con un mismo objetivo común, los emoticonos son un universo homólogo a la palabra escrita que habitan en nuestra cotidianeidad.

Con cara de asombro como ésta :o o ésta *-* debió quedarse alguno de los más de 30.000 estudiantes catalanes que el pasado verano se presentaron a las pruebas de selectividad al encontrarse en el examen de Lengua Castellana la siguiente pregunta: ¿Qué matiz expresivo tienen los signos ortográficos ? y !!! y los emoticonos :-) y :-( ? Fuese o no un intento de modernización por parte de los examinadores hacia los estudiantes, lo cierto es que los emoticonos se han convertido en todo un mundo paralelo a la escritura cuyo contenido está lleno de significación cultural y valor comunicativo.

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“Estos símbolos o, mejor, estas construcciones formadas por distintos signos ortográficos son, en definitiva, un sistema de comunicación, un lenguaje casi universal con un gran significado cultural”, argumenta Salvador Gutiérrez Ordóñez, miembro de la Real Academia de la Lengua Española (RAE) y coordinador ortográfico de la última versión del diccionario editado por este organismo. Fruto de la combinación entre emoción e icono, el emoticono tal y como lo conocemos hoy día asienta sus bases una tarde de septiembre de 1982 en la Carnegie Mellon University, Pensilvania. Al ascensor de la tercera planta no le pasaba nada pero Howard Gayle, profesor dotado de un extraño sentido del humor, había entrado en el foro de la universidad para anunciar que tras un accidente en el departamento de física, el ascensor había quedado contaminado de plomo y permanecería inaccesible hasta las ocho de la mañana del viernes. El rumor cibernético se expandió como la pólvora y unas horas más tarde fue necesario aclarar que se trataba de una broma. Para evitar futuros malentendidos, unos cuantos profesores de la universidad propusieron establecer (*) para los chistes buenos y (%) para los malos. Y entonces Scot Falham entró en escena y sugirió utilizar una cara contenta (:-)) y otra triste (:-() inscribiendo de este modo su nombre en la historia occidental como padre de los emoticonos.

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Sin embargo, pese a ser Falham quien ostenta el título de creador de la smiley face, hay voces que discuten la autoría de sus orígenes. Una de ellas es la empresa Proquest. Especializada en análisis de archivos digitales, esta compañía estadounidense anunció en 2004, tras un riguroso y exhaustivo análisis, que el decimosexto presidente de los Estados Unidos, Abraham Lincoln, podría ser el verdadero pionero de los emoticonos. En 1862 el presidente pronunció un discurso en cuyo texto se incluía un punto y una coma seguidos de un paréntesis. Posiblemente se tratase de un error, pero fue escrito tras las palabras “aplausos y risas”, por lo que ha llegado a generar ciertas dudas al respecto. Pero ahí no queda todo. Veinte años después, concretamente el 30 de marzo de 1881, nació otro posible antepasado del emoticono. En aquel año, la revista satírica estadounidense Puck formó expresiones con caracteres usados para la escritura. Las caras estaban situadas verticalmente y fueron bautizadas como arte tipológico y entre otras muecas mostraban expresiones de alegría, melancolía, indiferencia o sorpresa. Lo mismo ocurre con las intenciones de Brian Dear para despojar a Falham de su supuesto logro. Fundador del laboratorio de diseño para Ebay y autor del libro The friendly Orange Glow. The Story of the PLATO system and and the Dawn of the Cyberculture, fue también uno de los precursores de PLATO (Programmed Logic for Automatic Teaching), una plataforma de aprendizaje virtual creada en la década de 1970 y considerada la primera comunidad social online en la que, según reivindica Dear, ya aparecieron los primeros emoticonos digitales. Construidos a base de píxeles, las caras redondeadas, alargadas, con sombreros, bigotes, con expresiones sonrientes, divertidas, malvadas o anonadas se dibujaban en las pantallas verdes y negras –por aquel entonces el color todavía no había hecho aparición en los ordenadores- considerándose una auténtica expresión artística.
Todos estos antecedentes demuestran que la necesidad de dotar a la escritura de un guiño, de un matiz expresivo para el lector no está aparejada a las nuevas tecnologías. El escritor Ambrose Pierce ya había expuesto en 1881 la necesidad de inventar un signo tipográfico que representara una expresión facial.

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Símbolos cibernéticos
En 1996 Vladimir Nabokov explicó a The New York Times que deseaba un icono (un paréntesis supino) que actuara de sonrisa textual – y que muy bien le hubiese ayudado a apuntillar determinados pasajes de su archiconocida y polémica novela Lolita-. Pero en aquellos tiempos se suponía que escribir era algo serio, formal y elaborado y no era necesario matizar con imágenes lo que podría ser expresado con palabras. ¿Por qué hasta la llegada de Falham las caritas amarillas no inundaron nuestra vida cotidiana? Su éxito reside en el momento y lugar. Falham las introdujo en los albores de la comunicación digital cuando las prisas y los estresantes estilos de vida conferirían a la smiley un matiz trascendental. “El texto online es un nuevo género literario”, sentencia Szu Yu Chen, profesora de lingüística aplicada de la universidad Chung Yuan de Taiwán. “Ya que se pierde la coherencia y proximidad del entorno físico, los internautas necesitan signos de puntuación que denoten la emoción de los mensajes escritos”.

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Así, ahogando a las prisas, ahorrando minutos, y ciñéndose a la restricción de los 140 caracteres en Twitter, nos hemos acostumbrado a lanzar besos (:*) en vez de escribirlos o a remarcar cuánto nos ha gustado la película de Les Miserables imitando al ya emblemático like del Facebook: un emoticono con la mano cerrada y el pulgar alzado que ha traspasado las fronteras cibernéticas y que simboliza que te gusta un comentario, una imagen o una opinión.
A la :-) se le cayó la nariz y se quedó en :). South Park popularizó el XD – hombre destornillándose de risa con los ojos entrecerrados- aunque fue luego Messenger el culpable de utilizarlo hasta la saciedad. De la inmovilidad pasaron al dinamismo los sombreros de fiesta <’0 se transformaron en auténticos emoticonos fiesteros tirando confetis y serpentinas <:o’). Los móviles los han convertido en imágenes prediseñadas más aptas para teclados diminutos. Para los amantes de Apple y exclusivo para sus usuarios presionando alt+G aparecerá el símbolo de la manzana en Facebook.
La última versión del Iphone incluye un teclado con más de 400 iconos y en Whatsapp se pueden encontrar emoticonos de lo más insospechados: desde todo tipo de animales, representaciones de naturaleza y lugares hasta una flamenca vestida de rojo o una ebi furai, gamba frita al estilo japonés.

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“Como recurso habitual en los soportes digitales, los emoticonos se han convertido claramente en una herramienta de comunicación casi cotidiana”, admite Xavier Laborda, profesor de Lingüística en la Universitat de Barcelona. “Son –y en ello coincide con el académico Gutiérrez Ordóñez- elementos con un valor expresivo muy alto, ya que se crearon en contextos de limitación de espacio, como los mensajes sms”.
La imagen es cada vez más indispensable en la comunicación humana. Parece ser que nuestro día a día no puede ya concebirse sin el flamante mundo de los emoticonos. Sin embargo, este estatus de nuevo lenguaje que se les confiere puede resultar muy curioso si se tienen en cuenta opiniones como la de los filólogos Morris o Frutiger. La manifestación del primer lenguaje escrito se remonta a la época de las cavernas, cuando los hombres dibujaban la caza de los animales con la intención de lograr la presa. Luego vinieron los egipcios con sus jeroglíficos, que no son más que representaciones simbólicas llenas de significado que sustituyen a la palabra. La cuestión que plantean es la siguiente: algunos lenguajes figurativos –como es en este caso el lenguaje de los emoticonos- podrían representar un camino de retorno al origen de la anotación de las ideas, a la escritura figurativa de nuestros antepasados.

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Dime qué emoticono usas y te diré quien eres
Es la última conclusión a la que ha llegado Tyler Schnoebelen, investigador de la Universidad de Stanford. Según un estudio en el que se han tomado como muestra a 1000 personas entre 15 y 35 años, los emoticonos no sólo indican si rebosas alegría o prefieres pasar la tarde sentado en el sofá viendo Los Puentes de Madison o Mi vida sin mí. Es posible que el modo en el que utilizamos los emoticonos pueda predecir que clase de persona somos. Así, resulta que escribir :-) con nariz o no :) puede revelar la edad que tienes.
Según las conclusiones obtenidas, aquellos que usan emoticono con nariz tienden también a escribir emoticonos con menos frecuencia, escriben más tweets, suelen usar ortografía correcta y son más propensos a discutir temas relacionados con la CNN, Google u Oprah Winfrey. Aquellos que prefieren despojar a las caras redondas de sus narices, en cambio, escriben mensajes más cortos, las ‘h’ suelen brillar por su ausencia en la ortografía, utilizan palabras malsonantes y son más propensos a hablar de temas relacionados con Rebecca Black, Jessie J. o Miley Cirus. Schnoebelen sugiere que este hecho representa una diferencia de edad entre los dos grupos: los emoticonos con nariz suelen ser utilizados por adultos, y los sin nariz por jóvenes. Además, para los primeros, cabe mencionar también otra curiosa diferencia: el emoticono travieso o pícaro representado con la lengua fuera :-p suele ser más utilizado por hombres que mujeres.

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Emoji, kamoji, kaoani y Japón
Multidisciplinarios y cambiantes. Calvos y amarillos; solitarios o grupales; animados o estáticos. Cientos, miles y cada día aparecen nuevos y se propagan en más canales. Los emoticonos, como el lenguaje verbal y corporal, han pasado a formar parte de nuestra vida. Los expertos admiten que tanto desarrollo escapa a su documentación y atribuyen la causa a dos factores principales: cada país y cultura crea sus propios emoticonos y con la universalidad de internet se acaban compartiendo. Es el caso de los emoticonos japoneses también conocidos con el nombre de kamoji o kaoani.
“En la historia de la humanidad se ha utilizado la figura del ser humano como modelo y muestra de perfección y en muchas ocasiones se utiliza como algo simbólico. En las sociedades humanas, las expresiones faciales y corporales se doblegan a convenciones que las hacen parecerse a un verdadero lenguaje. Este es el caso de los emoticonos: tienen la función de acercar a dos individuos físicamente distantes en una convención no verbal que denota una descarga emotiva y que según su cultura, puede variar de significado”, argumenta el filólogo Paulus.
A diferencia de sus hermanos occidentales, los emoticonos japoneses se escriben de forma vertical –no es necesario ladear la cabeza para leerlos- y su aspecto se caracteriza por darle importancia a unos llamativos y saltones ojos contrapuestos con una pequeña y fina boca. Incluso en el teclado Emoji – se denomina así en Japón el teclado en el que se encuentran todos los distintos tipos de emoticonos existentes- se pueden encontrar pictogramas que escapan a nuestro conocimiento. Es el caso de Whatsapp en el que de repente aparecen emoticonos que no sólo escapan a nuestra imaginación sino también a nuestra capacidad de interpretación por estar estrechamente ligados a la cultura japonesa. La reverencia a modo de disculpa muy empleada entre ejecutivos, el gesto de negativa con los brazos cruzados en ‘X’, la imagen del ‘Otsukimi’ o celebración de la cosecha o el ‘Koinobori’, típico juguete de viento japonés con los pececitos de papel.
Provengan de oriente u occidente, una cosa está clara: los emoticonos no pueden ya desvincularse de nuestro universo cotidiano. Aceptados socialmente como una vía más de comunicación entre personas, sólo les quedaría un último escalón: la integración total en el léxico académico. Quien sabe. Quizás algún día no muy lejano se nos quede a nosotros esta cara :-0 al toparnos con alguno de nuestros amigos en el diccionario, conviviendo y aceptado como otro signo de puntuación más.

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DESPIECES
Emoticonos occidentales más populares

:-), :), =) sonrisa
:-(, :(, u_u triste
:D, =D risa
:’(, :_(, ;_; llorar
:-x ‘x’ quedarse mudo
:-0, :0, ö sorpresa
:s, ‘s’ desconcertado
; $$*, ^///^ sonrojado
.D,C. deforme
:Q_, :F babear
e.e mirada de reojo

Emoticonos orientales más populares
(^_^)y(⌒▽⌒) sonrisa
(>_<) problemas
(*^▽^*) enamoramiento
(T▽T) llorar de felicidad
(ToT) llorar de tristeza
(* ̄m ̄) caerse la gota (equivalente a sentirse incrédulo)
(´・ω・`) preocupado
( ゚ Д゚) asombrado, sorprendido
∩( ・ω・)∩ alegre
(^ O ^,>) ¡perdón!

Credits: publiqué una versión de este artículo el 6.04.2013 en Estilos de Vida (ES), suplemento semanal de La Vanguardia

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